Felicitas Arias, la patrona del tiempo, nos ha hecho reflexionar sobre la medición y el almacenamiento del mismo.
Empezamos este nuevo año 2022 recordando que acabamos en 1er trimestre viajando en el tiempo…más allá de las obras La persistencia de la memoria, de Salvador Dalí o La vuelta al mundo en 80 días, de Jules Verne…Felicitas Arias, la patrona del tiempo, nos ha hecho reflexionar sobre la medición y el almacenamiento del mismo.
Licenciada en Astronomía por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y doctora en Astrometría, Mecánica Celeste y Geodesia desde el Observatorio de París ha dirigido durante casi veinte años el Buró Internacional de Pesos y Medidas (BIMP) que provee la referencia horaria internacional.
En este organismo intergubernamental, encargado de regular las medidas físicas y químicas a nivel mundial, Felicitas dirigió la sección de Tiempo, Frecuencia y Gravimetría, y coordinó las actividades para establecer la referencia horaria internacional desde 1999 hasta 2017. Durante dieciocho años, el trabajo de Arias consistió en coordinar la actividad de los ochenta y tres institutos distribuidos por todo el mundo, que operan más de quinientos relojes atómicos y envían datos permanentemente para determinar el Tiempo Universal Coordinado (UTC).
Impresionante, ¿verdad? Nosotros aun estamos boquiabiertos por su además didáctica presentación y simplicidad con la que nos ha transmitido tan grandes descubrimientos. Solo con un simple clic podéis profundizar en sus investigaciones y descubrimientos y, sobre todo, observaréis su pasión desde la inspiración cuando era niña gracias a un tío aficionado a la observación astronómica que le enseñó a ‘mirar’ el cielo.
Desde Galileo Galilei, Huyggens, John Harrison, el Royal Greenwich Observatory y el Observatorio Naval de Buenos Aires hasta el Cesio-133…¡del cielo al átomo!
Telefonía móvil, satélites, sistemas globales de posicionamiento como GPS, Glonass, Galileo y BeiDou o la comunicación a través de Internet, requieren la sincronización de los relojes a través del mundo…¡alucinante!
Arias nos comenta que “en el fondo, para nuestro día a día, tener un segundo agregado cada uno, dos o tres años, simplemente es imperceptible: se acumularía una hora de retraso cada 7.200 años! Con la tecnología actual además, no tiene sentido agregar ese segundo, porque nos trae más problemas que soluciones.” ¿Qué pensáis vosotros? 🙂
¡Gracias Felicitas por este gran día entre nosotros!